Año Jubilar 2025

Featured Image

                                                        1 de enero de 2025

El Año Jubilar 2025 nos recuerda las Gracias recibidas por Mary Ward exactamente en el Año Santo de 1625, hace 400 años, un momento muy importante para toda la familia Mary Ward.

Aceptemos la invitación del Papa Francisco a ser PEREGRINAS DE LA ESPERANZA acogiendo la gracia de Dios presente en nuestra vida cotidiana y convirtiéndonos en canales de esta gracia para las personas que encontramos a diario y para nuestro mundo sediento de esperanza. Mary Ward nos enseñó a ser Peregrinas de la Esperanza: nunca se cansó de caminar y nunca perdió la esperanza, de hecho hasta el momento de su muerte nos animó a la esperanza.

El año 1625 fue muy difícil para María, ya había rumores sobre el posible cierre del colegio y de la casa de Roma. Pero también fue un año lleno de gracias extraordinarias.

El 11 de abril de 1625, en la iglesia de Santa Maria del’Orto, ante el Santísimo Sacramento, María vio claramente que ella no era absolutamente nada y que Dios lo es todo. Esta luz la sumergió de tal modo en el amor de Dios, que quedó completamente fuera de sí misma, descansando sólo en Él. Iluminada por el esplendor de los rayos que descendían sobre su rostro desde el Santísimo Sacramento, permaneció largo tiempo privada de la capacidad de ver.

El 26 de junio de 1625 ya había oído la noticia de la supresión de las casas en Roma, Mary Ward fue a rezar a la iglesia de Sant’Eligio degli Orefici de pie ante el Santísimo Sacramento, recibió tal luz y conocimiento el perdón de Dios de las ofensas, que sintió amor por sus enemigos, de modo que después siempre los llamó sus amigos y portadores de su recompensa eterna.

Otras gracias recibidas en 1625:

    • En la iglesia de San Gerolamo della carità pidió a Dios intensa y humildemente que le hiciera comprender cómo podía aceptar el sufrimiento con el mayor provecho. Comprendió interiormente y con toda claridad que a Él le traería la mayor alegría si aceptaba el sufrimiento de buen grado. Probablemente sea correcto interpretar esta luz en el sentido de que ella debería haber aceptado los acontecimientos dolorosos como una participación en la Pasión de Cristo y así soportarlos con la conciencia de que Dios es Señor, pero también Padre, que cuida de nosotros con su amor providencial.
    • En la fiesta de San Pedro in Vincoli, el 1 de agosto, María encomendó intensamente el Instituto a Dios y comprendió claramente que su prosperidad, su progreso y su seguridad no consistían en riquezas, gran fama o el favor de los príncipes, sino en el hecho de que sus miembros tenían libre acceso y un camino abierto hacia Dios, de quien debe venir toda fuerza, luz y protección. Sin duda, María se sentía en sintonía con san Pedro; también ella estaba como «encadenada».

Antes de partir de Roma en 1626, en la iglesia de San Marcos, rezó por el Instituto y Dios le hizo escuchar interiormente estas palabras de Cristo: «¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?» y le mostró qué grandes penalidades, persecuciones y dolores tendría que soportar en el cumplimiento de Su Voluntad. María se ofreció a aceptar todo esto con alegría».

Con Mary Ward, peregrina de la esperanza, ¡les deseamos FELIZ AÑO NUEVO 2025!

PD: Actualmente estamos produciendo una serie de videos que muestran los lugares donde Mary Ward y sus compañeras recibieron las gracias mencionadas anteriormente. Los vídeos incluirán reflexiones sobre los acontecimientos de 1625 y los relacionarán con la vida actual de nuestra Familia Mary Ward.

Vos invitamos a seguir nuestros canales de medios sociales para mantenerse informado.

CJ Generalate