Como todas sabemos, el Covid-19 está afectando a nuestro mundo muy gravemente y de muy diversas maneras. Muchos países en el mundo ya están bloqueados y otros seguramente los seguirán; el número de los afectados por el virus está aumentando y, tristemente, también el número de los que han muerto. Todos permanecen en nuestras oraciones.
A la luz de esto y sin saber cómo se desarrollará el virus en los próximos meses, el Generalato de la CJ ha tomado la decisión de posponer la Congregación General, que debería haber tenido lugar en julio-agosto de este año, a una fecha y un lugar aún por decidir.
Somos conscientes de que esta decisión tiene muchas implicaciones, pero, una vez más, Dios nos llama a todos a hacer las cosas de manera diferente y sólo podemos responder fielmente, sabiendo que, como dijo el Papa Francisco durante el extraordinario momento de oración del viernes pasado en la Plaza de San Pedro, «Dios lo convierte todo en bien para nosotros».
Recordamos también las palabras de Mary Ward que parecen muy apropiadas para esta decisión: «Trabajen con mucha paz, alegría y magnanimidad, porque lo que no se hace en un año se puede hacer en el siguiente, y debemos esperar en Dios Todopoderoso y su tiempo.»
