Día 1: 23 enero 2022

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EL COMIENZO DEL CAMINO LA LLAMADA

‘Se me mostró con claridad … e indecible certeza … que … estaba llamada a algo distinto, que contribuiría incomparable-mente más a la Gloria de Dios.’ (Mary Ward)

‘Buscad primero el Reino de Dios y su Justicia y todo lo demás se os dará por añadidura.’ (Teresa Ball)

Mary Ward nació en una familia recusante en Yorkshire, Inglaterra, en 1585 en que los católicos se veían forzados a practicar su fe en secreto. Desde muy joven sintió que Dios la llamaba a la vida religiosa y durante años experimentó grandes dudas internas sobre cómo quería Dios que respondiera a su llamada. Con el tiempo se dio cuenta de que su vocación era trabajar para la mayor gloria de Dios mediante el servicio a los demás, y esto era hacer «otra cosa». Este nuevo camino debía caracterizarse por las virtudes de Libertad, Justicia y Sinceridad – «Una Libertad singular que pudiera referirlo todo a Dios». Este fundamento condujo a sus hermanas a los ministerios adecuados para la época, es decir, la educación de las niñas y las mujeres y trabajar por la fe católica con una apertura a todo lo que era congruente con los tiempos. La gran preocupación de Mary era discernir cómo sus miembros podían combinar armoniosamente el amor a Dios y el seguimiento cercano de Cristo con un servicio activo y amoroso a los demás. Esta misión continúa hoy en su Instituto extendido por el mundo. Teresa Ball nació en el seno de una familia de comerciantes de seda en Dublín en 1794 y fue enviada al convento de Bar para recibir una educación católica. Cuando Teresa regresó a Irlanda desde York, hace doscientos años, Irlanda estaba saliendo de siglos de represión y se sentía la necesidad de escuelas católicas.

En realidad, las vidas de Mary Ward y de Teresa Ball son similares, en el sentido de que ambas lanzaron sus barcas mar adentro: una en San Omer y la otra en York, sin saber adónde las llevaría su riesgo y su fe. Sin embargo, ambas descubrieron en su momento que las necesidades adecuadas para el ministerio eran la educación de las niñas y el cuidado de la fe. Teresa estuvo dispuesta a asumir esta importante tarea, primero en Irlanda y luego en todo el mundo.

Hoy día, las compañeras de Teresa Ball y Mary Ward continúan ahora y en el futuro, encontrando nuevas formas de responder a la llamada de Dios con un espíritu valiente para ir más allá de nuestras fronteras hacia donde la necesidad es mayor. Como resultado de nuestro encuentro diario con Jesús, ¿apreciamos nuestros propios dones y canalizamos nuestras energías hacia el cambio?

¿Nuestra vida hoy muestra la gloria de Dios e inspira a otras personas a utilizar sus dones en el servicio y el amor?

Sr Philomena Dowd IBVM & Siobhan Murphy – Provincia irlandesa

Esther Finis