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Día 4: 26 enero 2022

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EL ENVÍO

‘Estoy segura de que Dios me ayudará a mí y a las mías dondequiera que estemos.’ (Mary Ward)

‘Que todas nosotras glorifiquemos a Dios en cualquier circunstancia. (Teresa Ball)

Nuestro mundo actual está profundamente marcado por las migraciones de personas de un lugar a otro a causa del cambio climático, las guerras, la pobreza, la corrupción o los sistemas políticos abusivos. Al mismo tiempo, vemos cómo las grandes empresas se trasladan de un país a otro para evitar los impuestos fiscales o fabricar productos pagando poco dinero a los trabajadores. El mundo entero está en movimiento por una u otra razón y ninguno de estos movimientos es nuevo en la historia de la humanidad.

Al pensar en esta situación, la Meditación sobre la Encarnación (Ejercicios Espirituales de San Ignacio – ) nos ofrece una oportunidad para conectar con la angustia de nuestro mundo. Imaginando en nuestra oración a la Trinidad mirando a la humanidad en todos sus aspectos, tanto gloriosos como corruptos, podemos crecer en nuestra comprensión del significado del «envío» que es divino y trinitario en su origen. El Hijo y el Espíritu son enviados al mundo para hacer presente y efectivo el Amor del Padre.- Imaginemos la respuesta de Mary Ward a la Encarnación: «Aquí estoy, envíame». Podemos imaginar a Teresa Ball haciéndose eco de ese «sí» cuando llevó el Instituto de York a Irlanda y luego cuando envió a jóvenes miembros del Instituto a la India, Mauricio, Gibraltar, Canadá e Inglaterra. Ambas mujeres, en la época en que vivieron, se centraron no sólo en lo que se hacía, sino en el porqué y el cómo se hacía. Las mujeres que han seguido sus pasos a lo largo de los siglos buscaron ser enviadas allí donde la necesidad era mayor, sin pretender ningún estatus especial o conocimiento experto, sino comprometiéndose desde dentro y trabajando con los afectados por situaciones de sufrimiento e injusticia. Tal vez las máximas ofrecidas en las reflexiones de hoy puedan sostenernos mientras nos embarcamos en renovar nuestro «sí» a ser «enviadas» al recordar cómo los dos últimos años han estado marcados por el sufrimiento y las luchas creadas por la pandemia del Covid-19.

Nosotras, mujeres Mary Ward, estamos llamadas a permane cer con la Trinidad, a dejarnos tocar por la realidad del mundo de hoy y a responder a Dios a través de los desafíos cotidianos de nuestras vidas: ¡Aquí estoy! Una respuesta que no surge de nuestra necesidad de cambiar, sino de dejarnos tocar por el grito de los pobres y de la tierra.

¿Cómo me invita Dios a entregarme más a las personas o a la situación en la que me ha puesto?

Sr Adina Bălan CJ – Provincia/Latinoeuropea/ Rumanía

Esther Finis