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Llegar a los necesitados – Desde la provincia de Delhi

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La comunidad de Jeolikote, en la diócesis de Bareilly, se acercó a los aldeanos de BANA y MONA ubicados a 30 km de la comunidad. Estas dos aldeas están rodeadas por un espeso bosque y no hay carretera que conduzca a la aldea, excepto el camino peatonal hecho de piedras.  El cierre nacional afectó terriblemente a estas aldeas y sus 32 familias.  Nuestras hermanas compraron la ración necesaria y llegaron a las faldas de la colina en vehículo; unos cuantos aldeanos y una mula les esperaban para el transporte por carreta a la colina. Después de 40 minutos de escalar las empinadas colinas llegaron al pueblo de Mona. Los representantes de cada familia las esperaban con impaciencia. El párroco y las hermanas, junto con la gente, agradecieron al buen Dios y luego se les distribuyó la ración. La alegría en los rostros de la gente fue fuente de satisfacción para las hermanas. La comunidad atiende a la gente de Jeolikote que está realmente necesitada. Vieron a unas 15 familias, les dieron algunos alimentos y les brindaron ayuda.

En la diócesis de Jhansi, en Uttar Pradesh, la comunidad de Nirmala, las candidatas y postulantes de Krist Jyoti prepararon comida para 400 trabajadores que no tienen medios para conseguir provisiones, en colaboración con el Centro de Trabajo Social Diocesano. Nuestras hermanas y hermanos prepararon juntos la comida ya que no podían salir, y la misma fue distribuida por el Centro de Trabajo Social a los trabajadores migrantes que estaban retenidos debido al encierro.

La comunidad de San Francisco en Jhansi contribuyó con 55.000 rupias para la misma causa, es decir, para ofrecer comida a los trabajadores migrantes, y así llegar a los necesitados durante el encierro.

La comunidad de Nainital tiene cuartos para nuestros propios trabajadores. Durante el encierro no pudieron ir al mercado a comprar por tanto las hermanas les distribuyeron raciones.

La comunidad Mayur Vihar de Delhi, a través de sus trabajadores y otros, supo de algunas familias realmente pobres que necesitaban ayuda. Nuestras hermanas compraron alimentos y los distribuyeron a 25 familias. Así, se convirtieron en canales de bendiciones para los necesitados y los hambrientos durante este tiempo de encierro.

Esther Finis