COVID-19

Ayuda generosa en Rumania

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El Centro Social María Ward de Rădăuți, Rumania, junto con algunas personas generosas, ha donado 26 toneladas de alimentos y productos sanitarios e higiénicos para más de 400 niños y 250 ancianos.

El Centro Social María Ward ha ayudado a más de 400 niños de más de 150 familias vulnerables y a más de 250 ancianos en el último mes, incluidos los ancianos de las casas de acogida de Bogdănești, Sucevița y Solca y los niños de la escuela «St. Stelian» para niños con necesidades especiales, el establecimiento infantil «St. Leontie» de Rădăuți, y la casa familiar «Children’s Universe» de Rădăuți.

Se han donado 26 toneladas de alimentos, productos sanitarios e higiénicos, productos farmacéuticos y para bebés (pañales, leche en polvo, etc.) a beneficiarios de 14 localidades del condado de Suceava: Rădăuți, Burla, Bilca, Vuliva, Costișa, Frătăuții Vechi, Frătăuții Noi, Volovăț, Voitinel, Solca, Siret, Arbore, Sucevița, y Bogdănești.

Todo esto ha sido posible gracias a la ayuda de varias empresas y organizaciones de Francia y Alemania, de Suceava, Botoșani, Neamț, de los condados de Ilfov, de Bucarest, de personas que viven en el extranjero, pero también de la gente común, incluso los ancianos que han donado parte de su pensión, o lo que tenían en su despensa.

La comunidad local, pero también los que están lejos, han demostrado que les importa. Apreciamos los esfuerzos realizados por las empresas que, a pesar de las dificultades económicas, nos han apoyado fuerte y considerablemente. Todos ellos han donado de corazón. Una anciana vino a nuestra puerta y me dijo “quiero contribuir con algunos centavos de mi pensión”. Una vecina mayor vino con comida en una bolsa de la compra diciendo “he sacado algunos botes de mermelada y zacusca (puré de verduras) de mi despensa para ayudar a alimentar a los niños”.  Una joven vino a donar una suma de dinero y nos dijo: «Los ancianos de mi pueblo han reunido este dinero y me han enviado para dárselo a ustedes. Soy su mensajera”, dice la hermana Felicitas a la coordinadora del Centro Social María Ward. Y agregó: «La pandemia ha forjado amistades, ha puesto en marcha a gente buena, ha abierto corazones y ha movido fronteras. ¡Nos ha demostrado que podemos hacer más!»

El Centro Social María Ward seguirá apoyando a los necesitados, proporcionándoles alimentos, productos de higiene y productos para bebés, y llevará a cabo un programa educativo para niños. «Donde hay escasez de cualquier tipo, también hay violencia, especialmente en los sectores pobres de la sociedad, donde la falta de educación tiene consecuencias. Ojalá pudiéramos evitar que estas cosas sucedan. Al mismo tiempo, los niños nunca deben tener hambre y los ancianos nunca deben estar solos o sentirse desamparados o abandonados».

«Continuando la misión de capacitar a los niños para que se libren de su condición social precaria y descubran un mundo mejor, el Centro llevará a cabo un programa educativo adaptado a las restricciones actuales con el fin de llevar a los niños a «la escuela en línea». Hasta ahora, nos hemos esforzado por evitar que los niños abandonen la escuela y a sus familias. No queremos que este esfuerzo se pierda», dice la hermana Felicitas.

Hermana Felicitas Butacu CJ Rumania

Esther Finis