Carisma y espiritualidad
La espiritualidad consiste esencialmente en cómo vemos, experimentamos y respondemos al mundo en el que vivimos, y a la presencia de Dios en él. Cada congregación religiosa tiene una espiritualidad que refleja la espiritualidad de su fundador/a, y esto se conoce como su carisma.
Mary Ward, una mujer unida con Dios, deseaba fundar una congregación apostólica siguiendo el modelo de los Jesuitas. Para los Jesuitas, y por lo tanto para nosotras, la experiencia clave es la de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio.
Estos Ejercicios Espirituales, uno de los textos espirituales de mayor influencia que se han escrito, son fruto de la experiencia espiritual del joven Ignacio de Loyola. Por medio de ésta Ignacio llegó a comprender que la experiencia de Dios se tiene que encontrar en las mociones interiores del Espíritu. Si aprendemos a escuchar y a sentir, con una atención profunda, los deseos que Dios tiene para cada una de nosotras, podemos entrar en una relación única con nuestro Creador y ‘encontrar a Dios en todas las cosas’. Al mismo tiempo, la persona que hace los Ejercicios Espirituales con gran generosidad de corazón se sentirá impulsada por el amor a ofrecerse al servicio de Dios en la misión. La Misión, el servicio a los demás, está en el corazón mismo de nuestra espiritualidad.
Mary Ward se adentró en caminos desconocidos para las mujeres de su tiempo por su atención a los movimientos del Espíritu y su experiencia de discernimiento del amor. Esperamos seguir sus pasos y de esta manera aspirar a «encontrar a Dios en todas las cosas» o, como dijo Mary Ward, en otra de sus concepciones centrales conocida como el Alma Justa, «referir todo a Dios».
María, guiada por el Espíritu, creía que las mujeres no debían tener miedo de emprender nuevos caminos al servicio de la Iglesia, y estar abiertas y dispuestas a responder a los signos de los tiempos allí donde la necesidad es mayor. El discernimiento de la mayor necesidad sólo es posible donde hay amor atento, disponibilidad de espíritu y ausencia de miedo.
Las Constituciones de la Congregatio Jesu son las de la Compañía de Jesús. En ellas los miembros de la congregación de Mary Ward encuentran fuerza interior y una comprensión de lo que significa estar centrados únicamente en el «mayor honor y gloria de Dios». Si vivimos los Ejercicios Espirituales y las Constituciones como los vivió Mary Ward, llegaremos a comprender lo que significa ser «una contemplativa en acción» lista para ser enviada a la misión universal.