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Día 7: 29 enero 2022

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ABRAZAR LO DESCONOCIDO

‘El amor de Dios es como un fuego que no se puede apagar, porque es imposible amar a Dios y no trabajar para extender su gloria’  (Mary Ward)    

‘Id y encended el mundo con el fuego del amor de Dios’ (Teresa Ball)

Los que aman y sienten el fuego del amor de Dios en su interior no tienen miedo de nada porque saben que están en manos de Dios. Cuanto más crezcamos en la intimidad con Dios, más fácil será superar cualquier forma de temor, estar abiertas a las sorpresas del Espíritu en nuestra vida cotidiana y responder a las necesidades de los demás.

Jesús nos recuerda a menudo en los evangelios «No tengáis miedo». Ël sabe que la vida y el compromiso de vivirla con sentido pueden traer consigo muchas dificultades, retos y temores. El miedo puede apoderarse de nosotras cuando nos enfrentamos a lo desconocido, pero no estamos solas. Dios es un Padre amoroso, que creemos que cuida de la más pequeña de sus criaturas, y con seguridad cuidará de nosotros, sus hijos e hijas.

Hoy, como miembros del Instituto, Dios nos pide que demos un paso más, para no dejar morir el fuego del amor. En este mundo en el que vivimos en medio de una pandemia, con masas de emigrantes, con caos económico, una sociedad herida por la pandemia actual, por la indiferencia y el individualismo, debemos responder a lo desconocido, como lo hicieron en su momento Mary Ward y Teresa Ball. Estando atentas a la realidad de nuestro tiempo y encarnadas en los lugares donde vivimos, podemos superar todo temor.

En nuestra propia parroquia local de Madrid, otra hermana y yo atendemos a los internos del Centro de Internamiento de Inmigrantes (CIE) cercano a nuestra casa. Este es el lugar para las personas más rechazadas cuyo único delito es ser indocumentado. Nadie es ilegal por esta razón. Por lo tanto, estos Centros, donde los internos tienen menos derechos humanos que en las cárceles, no deberían seguir existiendo. Avanzamos con fe y esperanza abrazando lo desconocido, sabiendo que el amor de Dios nos acompañará siempre al servir a los más necesitados y vulnerables de nuestra Comunidad

Para terminar, la letra de esta canción refleja mis sentimientos presentes:

«Todavía hay tantos pies que lavar. Todavía hay tanta oscuridad que iluminar tantas cadenas que romper, Pan y vino quiero ser».  

¿Qué dificultades personales o institucionales me impiden asumir los retos que el Espíritu me pide hoy?

¿Afronto el futuro convencida de que el amor debe ser más fuerte que los miedos y otras dificultades?

Sr Louise Latin IBVM – Provincia española

Esther Finis