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Momentos de resurrección en la vida de Mary Ward – 1 de mayo

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El viaje a Múnich, 1626-27

La Vida en Pinturas nº 45

La imagen muestra una escena oscura – y de hecho Mary Ward ha dejado Roma en un momento de desaliento, incluso de fracaso. Ha pasado cinco años sin ver frutos, tratando de encontrar la aceptación de las autoridades romanas y después de la clausura de sus tres escuelas en Italia ha dejado Roma, convencida de que no hay nada más que hacer allí. Se dirige al norte, probablemente con la intención de visitar y animar a las hermanas de las fundaciones anteriores. Pero, volviendo al cuadro, también hay signos de esperanza: la mano levantada del hombre en el último caballo blanco; el hombre delante del carruaje, señalando hacia adelante; los rayos de sol que caen sobre Mary Ward. En Florencia visitó a María Magdalena, Gran Duquesa de Toscana, hermana del Emperador Fernando II de Austria, quien le sugirió que visitara al Elector Maximiliano I en Munich y le dio cartas de recomendación. Según «La Breve Relación», escrita por Mary Poyntz, una de las integrantes del grupo que viajaba hacia el norte, Mary Ward dijo poco antes de que llegaran a Munich: «¿Qué diríais si abrimos una casa aquí?» En el transcurso de ese año iba a fundar una escuela en Munich, en la Paradeiserhaus, financiada por el Elector Maximiliano, y una escuela en Viena financiada por el Emperador Fernando II. Ambas iban a ser grandes y fructíferas, siempre y cuando se les permitiera continuar: iba a ser un nuevo comienzo. ¿He experimentado en mi propia vida momentos en los que a un periodo de oscuridad y fracaso le han seguido inesperadamente nuevas oportunidades y éxitos? ¿He sido testigo de esos «nuevos comienzos» en personas que conozco? Los «momentos de resurrección» llegan tras la lucha y el fracaso, como el rayo de sol que cae sobre Mary Ward en la foto.

Hna. Patricia Harriss CJ

Carla Bellone