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Semana de Mary Ward – Día 5

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Reflexión sobre una carta de Mary Ward a Mary Poyntz, Diciembre 1632

Resiliencia, determinación y amistad emergen de la carta escrita por Mary Ward a «Mi queridísima» Mary Poyntz, a finales de 1632. Mary se encontraba en Roma, con su Instituto suprimido pero libre de la acusación de herejía y viviendo en común con las compañeras que le quedaban, bajo la aprobación tácita de las autoridades eclesiásticas. En medio de la violenta destrucción de su obra, miraba hacia el futuro, hacia posibles oportunidades y puertas abiertas. La constancia de la amistad abre la carta de Mary: “Tenemos demasiadas cosas que hacer juntas con los hechos como para desperdiciar palabras; por lo tanto, a los asuntos, en lo que respecta al resto, sabes que mi corazón es todo, si no más, lo que puedas desear, y eso para siempre, para siempre».

Carla Bellone