Mary Ward tuvo una visión clara sobre una nueva vida religiosa activa para las mujeres, que estaba más allá de su deseo original de una vida religiosa convencional, y mucho más allá de las ideas generales de la época. En este sentido, ella está de alguna manera en línea con Pablo, el Apóstol. Después de su encuentro con Jesús, el Señor resucitado, Pablo tomó una dirección totalmente diferente de su creencia anterior de la salvación a través de las leyes de Dios, y proclamó la gracia de Dios, que abrió espacio para los gentiles en la Iglesia.
Mary Ward, por otro lado, trabajó para abrir un nuevo capítulo para las mujeres en una Iglesia que estaba centrada en los varones, para que las mujeres pudieran tener su voz y servir activamente en el mundo. Aunque en la época de Mary Ward, a diferencia de la Iglesia primitiva, la Iglesia estaba firmemente institucionalizada y su solicitud no fue fácilmente aceptada, su misión no paró y fundó muchas escuelas y comunidades por toda Europa.
Ella nos invita a hacer lo mismo hoy, sin rendirnos ante la incertidumbre del mundo, sino dejando que Dios nos lleve más allá de nuestros límites y hagamos más por Cristo. Esto se relaciona con el principio “el tiempo es más grande que el espacio” del que habla el Papa Francisco en Evangelii Gaudium. El número 223 dice: “Este principio nos permite trabajar de forma lenta pero segura, sin obsesionarnos por los resultados inmediatos. Nos ayuda a soportar con paciencia situaciones difíciles y adversas, o los cambios inevitables en nuestros planes. … Lo que necesitamos, entonces, es priorizar acciones que generen nuevos procesos en la sociedad e involucrar a otras personas y grupos que puedan desarrollarlos hasta que den fruto en hechos históricos significativos.” Esto explica perfectamente cómo Mary Ward no tenía límites en su misión y continuó a pesar de la oposición – creía en el tiempo de Dios.
El mundo actual está experimentando cambios drásticos en el estilo de vida debido a la pandemia sin precedentes del COVID-19. Ahora, con el aumento de las restricciones en muchas áreas de la vida y los viajes, podría darnos una nueva perspectiva de nuestra identidad de «peregrino» Día 3 25 Enero 2021 MARY WARD: UNA MUJER SIN FRONTERAS PARA SU MISIÓN 8 cuando volvamos a mirar la vida de Mary Ward como peregrina. Las cosas cambian en sus formas y carácter con el tiempo, pero no en su verdadera esencia. Nos enseñan a vivir en el tiempo de Dios, a llegar a las personas marginadas y aisladas de la luz de Jesús, y hacer que nuestra Iglesia las abrace. Nosotras, la Familia Mary Ward, continuaremos en esta vida de peregrinaje hacia donde la necesidad sea mayor, para la gloria de Dios. Entonces, ¿cómo vamos a hacer esa peregrinación y hacia dónde? “No hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús.” – Gálatas 3,28. ¿Qué significa para mí el lema, “ad majorem Dei gloriam” (AMDG), “para la mayor Gloria de Dios?” ¿Cómo veo a nuestra Familia Mary Ward hacienda más por Cristo y viviendo el Magis como contemplativas en la acción?
