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Semana Mary Ward: Reflexión final

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Por Deirdre Browne, IBVM

Prácticamente, hemos estado juntas en un retiro de 8 días. ¡Qué regalo! ¿Podrían Ignacio y Mary Ward en los siglos XVI y XVII imaginar alguna vez que sus desafiantes sueños podrían compartirse y realizarse por hombres y mujeres del siglo XXI? ¡Las maravillas nunca terminan con un Dios siempre fiel! Estas últimas reflexiones las ofrezco en agradecimiento por el proyecto de la Semana Mary Ward y en agradecimiento a todos los que aceptaron compartir sus experiencias con nosotras/os. Además, para honrar a Christa y Mariana quienes nos invitaron amistosamente y nos convocaron de una manera fresca y emocionante.

El contexto en el que escribo es después del funeral de una muy querida hermana y amiga, Hna. Toni Matha, IBVM. Una mujer fuerte y atractiva de ascendencia libanesa australiana, pasó su vida en la educación y el servicio social. Su amorosa influencia fue sentida por todos los que se cruzaron en su camino. El funeral tuvo lugar la misma semana en que quería realizar la reflexión. En los 8 días de reflexión encontré a Toni apareciendo en Marruecos, Zimbabwe, Kenia, Tanzania y en todos los demás países sobre los que reflexioné. ¿Fue eso una distracción? No, porque podía imaginarme a Toni usando los mismos zapatos de Mary Ward en nuestras hermanas en esas partes del mundo. Aunque la enfermedad de Parkinson durante más de 30 años continuó restringiendo el ministerio activo de Toni, nunca abandonó su misión de amor, encontrando siempre nuevas formas de estar presente a la necesidad. Jesús era el centro de su vida, María, Madre de Dios estuvo cerca de su corazón, y Mary Ward fue la inspiración de su vocación de amor. Me parece que muchas de las hermanas, como Toni, ya no pueden cruzar fronteras de tierra y mar en un ministerio activo. Puede que hayan disminuido su andar, pero al igual que las hermanas en Marruecos, se encuentran comunicándose diariamente con «el lenguaje del corazón”. ¡Qué consuelo y regalo podríamos ser unas/os para otras/os como iguales partícipes en lal misión de toda la familia Mary Ward, si ponemos nuestros corazones y mentes en amar, apoyar y afirmarnos unas/os a otras/os más allá de las fronteras.

Empecé a pensar en ‘NOSOTRAS/OS somos esta mujer’ de manera diferente. Desde la/el más joven hasta la/el mayor, desde las/os sanas/os y enfermas/os, nosotras/os, CJ/IBVM, estamos todas/os en un camino común, un viaje de amor con una misión. Pero si ampliamos nuestras tiendas en estos tiempos sinodales, ¿quiénes podrían ser entonces los/as NOSOTROS/AS?

Las reflexiones de Maurizio y Julia desde Italia y Mauricio, respectivamente, nos dan una pista. Los/as NOSOTROS/AS somos todos/as nosotros/as, el círculo de amigas/os, religiosas, compañeras/os, desconocidos y personas de cualquier edad, todos los que buscan y desean el camino de Mary Ward hacia Jesús. Como hermanas y hermanos en sintonía con el Espíritu, podríamos entonces avanzar con confianza, ser modelo de inclusión, aceptar el desafío y salir sin miedo. Esto está bellamente ilustrado en el dibujo a mano abierta de Rosalina de Timor Oriental y en el retrato de Mary Ward con un tocado cultural Timorense. Así también en los brazos y manos de la escultura de Mary Ward de Meliesa Judge. El brazo derecho extendido sugiere la energía de emprender una misión, el brazo izquierdo y la mano, pegada al cuerpo, con el rosario medio escondido en la palma, simboliza la profundidad de su vida espiritual interior.

Dejar el país, los amigos, la familia, la fuerza y seguridad que nos dan; dejar comodidades y lo que damos por sentado; dejar lo familiar y avanzar hacia lo desconocido: esta historia transcurre sutilmente a lo largo de las reflexiones. Sin embargo, no escuché ningún susurro de egocentrismo o autocompasión. La misión tiene que ver con los demás. Algunas/os trabajan largas jornadas en escuelas que ofrecen la libertad transformadora que la educación aporta a las mujeres y las niñas. Otras/os afrontan tiempos sombríos, temerosos y oscuros, trabajando en lugares de gran pobreza, violencia e incluso guerra. Para mí lo que brilló fue la valentía y esperanza expresada por todas/os. La frase de Mary Ward “luego de mis trabajos voy a Dios” adquirió un significado muy diferente para mi. ¿Regresaría a casa después de un día de trabajo cansada y agotada? Si todo es por amor, ¿dónde se nutre nuestro amor? A menudo debe ser difícil mantener encendido el fuego del espíritu. Me vino a la mente una imagen: Cuando experimentamos el eclipse solar total, todo es oscuridad. Pero ah, un brillo lo bordea

La Luz inmortal! ¡Luz divina!

Juntas/os vivimos el sueño y la danza de nuestra misión común, en la sabia manera Mary Ward/Ignaciana, “según las circunstancias, el tiempo y el lugar”. Siempre es la historia de Jesús nuestra razón para la misión, pero ahora y en el futuro, estamos llamadas/os a recorrer nuestro camino Mary Ward de Convertirnos en Uno – Becoming One, y vivir ese carisma más profunda y ampliamente en nuestro hermoso y problemático mundo. Lo bueno es que estamos siguiendo al Señor de la Danza, y que todas/os estamos en esta danza juntas/os. ¡A Dios sea la gloria! Jesús di: ¡Amén!

La misión está en el corazón de quiénes somos y el amor es la fuerza impulsora que nos impulsa a seguir adelante. Constitución Vol II 2:2.1

¡He venido a traer fuego a la tierra y cuánto anhelo verla ardiendo! Lucas 12:49

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CJ Generalate