En ocasión de la fiesta de Pentecostés, pedimos a las hermanas de la Provincia de Corea que nos enviaran una breve reflexión personal sobre el tema “¿Qué es Pentecostés para mí?”
Nos alegramos de compartir con ustedes el material recibido y expresamos nuestro agradecimiento a la Hna. Anna por su contribucione a la reflexión para una fiesta tan importante.
¿Quién es el Espíritu Santo para mí?
Así como la potencia de un coche proviene de un motor, el motor de mi vida es el Espíritu Santo. Esto es porque el Espíritu Santo da fuerza a cada parte de mi vida, me da un nuevo día y vivifica mi vida.
El Espíritu Santo es quien suscita en mí la voluntad de hacer el bien en mi vida diaria, me da el valor para iniciar una nueva relación con la justa dirección en las dificultades, y graba en mi memoria que soy una pecadora amada.
Como profesora, paso la mayor parte del día con alumnas de 17 años. A veces, me ocupo del trabajo administrativo o hago de consejera de admisión en la escuela, pero la mayor parte del tiempo doy clases de “música” con las alumnas. Cuando dirijo una clase de música, a menudo pienso que nuestras vidas se parecen mucho al proceso de hacer “música”. Me gustaría compartir mi experiencia imaginando el proceso de cantar en el coro. “El proceso de reunirse con otros para ajustar voces, aprender tonos, practicar, dominar, esperar a los demás, retocar un motivo y unirse”.
La música es el proceso de completar la belleza. La mayor belleza es Dios. El Espíritu Santo nos da la belleza, que es la sabiduría para volvernos hacia Dios. ¡La gentileza que muestra quienes somos y que existimos como somos! El amor para escuchar las voces de los demás. ¡La fidelidad para una belleza más profunda! Y el fruto de la paciencia para soportar cualquier circunstancia. Si no soportamos las incomodidades y los problemas del proceso, no podremos tener armonía.
Además, este es un proceso espiritual de experimentar la “unidad y armonía” que el Espíritu Santo nos da más allá de simplemente “combinarnos”.
