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16 de diciembre – «¡Las ramas de la piedad se levantan con devoción, placer y alegría!» (4º verso de: Macht hoch die Tür)

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Sí, las ramas verdes con las que decoramos nuestras habitaciones en Adviento son para mí signos de añoranza y esperanza. Me recuerdan al tiempo de Adviento de mi infancia. Nacido en el bosque de Franconia, conocía bien nuestro bosque. Sabía dónde encontrar los arándanos más hermosos y las mejores setas porcini y rebozuelos. Dejé que mi padre me enseñara el abeto más fuerte y viejo, el rey del bosque, del que se salvó cuando construimos nuestra nueva casa. Antes de que empezara la estación fría, se llevaba el bosque a la casa y se metía en ella. Las paredes de la casa de mis padres, que estaba cubierta de pizarra de arriba abajo, estaban además recortadas y protegidas con ramas para que nada se helara en el sótano. Decorábamos todos los cuadros de las habitaciones con fragantes ramas verdes y nos reuníamos todas las tardes rezando y cantando en torno a la corona de Adviento que mi madre había atado ella misma. Entretanto han cambiado muchas cosas, a nuestro alrededor y dentro de nosotros, y también en el bosque, debido al cambio climático. Pero las pequeñas ramas verdes siguen siendo un signo de añoranza y esperanza… ¡hasta hoy!

Hna. Ruth Reißig, CJ

Carla Bellone