El caracol es mejor que su reputación. Puede ser lento, pero puede recorrer más de cuatro metros por hora. Cuando la gente dice que es aburrido, tiene razón, porque lleva mucho tiempo, no un ritmo frenético, como solemos hacer. El caracol se retira a su propia concha, donde puede estar completamente solo. El Adviento es un tiempo en el que podemos recargar las pilas y volver a nosotros mismos. Asocio el caracol con la PACIENCIA. Una persona paciente tiene la capacidad de esperar y/o soportar algo difícil. Para el profesor y sacerdote checo Tomàs Halík, que fue ordenado sacerdote en secreto, la paciencia es esencial para nuestra vida espiritual, pues así dice: La fe es la paciencia con Dios, la esperanza es la paciencia conmigo y el amor es la paciencia con el prójimo. En el próximo Adviento, miremos al caracol para aprender de él un poco más de paciencia y experimentar así la llegada de Dios a nuestro mundo y a nuestro tiempo con fe, esperanza y amor. Hna. Beate Neuberth CJ
