¿Quién es esta mujer? ¡Toma mi mano y camina conmigo!
Mary Ward, definida por Juan Pablo II como la «mujer perfecta», siempre ha estado en movimiento, tanto en el camino físico como en el espiritual, buscando, haciendo el discernimiento justo: “Perseguir su sueño hasta el final”.
Hoy Mary Ward puede caminar conmigo (¡tomando mi mano!) si estoy dispuesto a no tener miedo de dar testimonio de Cristo en la vida ordinaria, si acepto con valentía: “Hablando la verdad, confiando en Dios, por la libertad y la justicia”.
Mary Ward nos enseña en sus Cartas el camino sinodal con el que ha llevado a cabo -usque ad sanguinis effusionem- el nuevo papel de la mujer en la Iglesia católica: ¡ya no un monasterio de clausura sino un viaje alrededor del mundo para evangelizar y educar!
Como laico, esposo, padre de 4 hijos, abogado, yo, junto con Mary Ward que me lleva de la mano, camino en mi vida ordinaria para, tratar de “hacer el bien y hacerlo bien”; pero es difícil, es una lucha continua «En realidad no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero» (Romanos 7, 18-20).
Necesito los sacramentos, una intensa vida espiritual y oración, y que las hermanas de Mary Ward me ayuden en el discernimiento, en la formación y, con su ejemplo, me animen a ser testigo de Cristo. Aún hoy Mary Ward nos dice a los laicos que «Dios da a cada uno la gracia requerida por el estado al que lo llama» (Alloc. F. 128 u. f. 47, Fridl II, nr. 479, p. 87).
¡Caminando con Mary Ward, las hermanas CJ e IBVM se están volviendo Una!
¡Me gustaría, como laico, a mí también, junto con Mary Ward que me toma de la mano, convertirnos en Uno con la CJ y el IBVM!
Realmente creo que, si el desafío trascendental de Mary Ward fue querer que se reconociera el papel de la mujer dentro de la Iglesia católica, hoy Mary Ward lucharía por incorporar a los laicos a la Congregación que ella fundó y por reevangelizar Europa con «el ejemplo y con enseñanza, verdad y belleza”.
“Oh, toma mi mano y camina conmigo” Mary Ward, mientras llevo a cabo mi misión con estas jóvenes confiadas a mi cuidado. Inspirada por la fuerza de espíritu de Mary Ward y su amor al Señor, camino como ella, determinada y decidida, ofreciendo a estas jóvenes de diferentes culturas, creencias y niveles socioeconómicos, una educación con valores cristianos. Estos valores transforman a nuestras hijas de Loreto y les dan los medios para ser buscadoras de la verdad y la justicia, para defender lo que creen pero sobre todo para hacer todo para la mayor gloria de Dios.
La fuerza y la fe de Mary Ward para llevar el amor de Dios más allá de las fronteras, allanaron el camino para las jóvenes de ayer, hoy y mañana. Aún hoy podemos ser esa mujer que defiende lo que cree. Cuando la profesión docente se vuelve difícil ante las realidades actuales, cuando los desafíos de la vida cotidiana me abruman, pienso en esta mujer que se moviliza para afrontar los desafíos de la vida. y como ella “intervengo sin miedo”, porque sé que “¡Todo irá bien, porque Dios está cerca!”
Julia Charles
Para la reflexión
¿Qué significa en tu vida y contexto “toma mi mano y camina conmigo”? ¿Con quiénes estás caminando en tu vida cotidiana? ¿Quiénes te animan/impulsan en el camino?
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