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Semana Mary Ward 2024: Día 5

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¿Quién es esta mujer? ¿Por qué está viajando tan lejos?

El amor al Señor nos mantiene itinerantes

Mientras vemos la imagen de Mary Ward vemos nuestro propio itinerario (una hermana Rumana misionera en Cuba y otra regresando de Rumanía a Perú después de su experiencia apostólica de Terciorado). Nos resuenan las palabras de Mary Ward “El camino de la virtud no admite paradas, quien no avanza retrocede”. Nos hemos sentido desafiadas por el Señor de la vida a superar el miedo a lo desconocido y nuevo; hemos aceptado la invitación a salir de nuestra zona de confort, vencer las barreras geográficas, culturales, una nueva lengua y hemos atravesado el Atlántico en ambas direcciones. Este movimiento nos ha permitido dejar ir para acoger la novedad: nuevas ideas, nueva visión, nueva esperanza y posibilidad. Para sorpresa nuestra, al otro lado nos hemos encontrado con hermanas que viven y vibran con el mismo carisma y espiritualidad, en cada lugar nos han dado la bienvenida Mary Ward e Ignacio de Loyola y hemos sentido fluyendo el Espíritu de Dios en la vida y en la misión aquí y allí.

Para ponernos en movimiento tocamos nuestra humanidad y nos abandonamos en Dios y su proyecto de amor para el mundo. Acogemos nuestra fragilidad, tomamos consciencia de nuestro miedo; nos hacemos cargo de nuestros pensamientos, sentimientos y emociones, ponemos nombre y balbuceamos apenas aquello que nos abruma y sobrepasa; así dejamos que Dios que sembró este deseo profundo en nuestro corazón nos vaya enseñando y mostrando paso a paso la ruta en nuestro viaje interior y exterior.

Salir de nuestra tierra nos ha permitido descubrir que el mundo es más grande que el pedacito de cielo familiar y conocido, aprender de otras culturas, conocer y enriquecernos del encuentro con otras hermanas y personas. Descubrimos que somos invitadas a romper el círculo vicioso de dar la vuelta en lo mismo de siempre y conocido, levantar la mirada y mirar el horizonte junto a toda creación para crear una visión y proyecto común de convivencia pacífica para todos y todas.

La salida nos ha introducido en nuevas dinámicas de encuentro, acogida, familiaridad, comunión, la mesa compartida, hospitalidad, cuidado de la vida, orar desde lo cotidiano, vivir sencillamente, reconocer nuestra fragilidad e interdependencia. Dinámicas vividas en comunidad, con las personas con las que trabajamos, con otras congregaciones religiosas, con personas de otras instituciones y organizaciones. Mirando nuestro camino recorrido hasta ahora descubrimos que nos sentimos más libres y disponibles; nada de lo que hemos vivido y nos ha acontecido ha sido por casualidad, todo lo acogemos como seguidoras de un Dios itinerante que llamó a Mary Ward a la itinerancia y a la búsqueda incansable de su voluntad. Como Mary Ward nosotras también: “¡Aceptamos el desafío! Damos un paso adelante sin miedo. ¡Todo estará bien, porque Dios está cerca!…El amor de nuestro Señor es lo que las mantiene en marcha”. (Tomado de la Canción de Mary Ward y puesto en plural).

Para la reflexión

Todo está en movimiento y como hermanas de Mary Ward todas somos invitadas a movernos. ¿Qué me impide o cuáles son las resistencias para hacerme libre y disponible para la misión? Cuando rezamos la oración por la beatificación de Mary Ward decimos “Mary Ward ruega por nosotras y danos tu espíritu”. ¿Qué aspectos de su espíritu pedimos para el Cuerpo de la Congregación?

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Esther Finis