El 2 de diciembre de 2020 se celebró la Sagrada Eucaristía en el Oratorio de Caravita, en Roma, para honrar a tres religiosas y una laica voluntaria que fueron martirizadas en El Salvador hace 40 años. Las dos hermanas de Maryknoll, Ita Ford y Maura Clarke, una hermana Ursulina Dorothy Kazel y la voluntaria Cleveland, Jean Donovan dieron su vida tratando de ayudar al sufrido pueblo salvadoreño. Ita Ford fue el blanco especial de los escuadrones de la muerte salvadoreños respaldados por los Estados Unidos porque se enfrentó a ellos en defensa de los desaparecidos. Maura Clarke escribió lo siguiente, sólo unos meses antes de su muerte. «Si dejamos a la gente cuando sufre la cruz, ¿cuán creíble es nuestra palabra para ellos? El papel de la iglesia es acompañar a los que más sufren y ser testigo de nuestra esperanza en la resurrección.»
El Cardenal Michael Czerny SJ presidió la Eucaristía. Jane, la Superiora General de la CJ participó en las oraciones de los fieles. En su homilía el Cardenal Czerny leyó una conmovedora carta de un testigo ocular de lo que sucedió el 2 de diciembre de 1980 y recordó a todos los mártires de nuestros días que viven su fe y siguen el camino de Jesús. Un grupo de hermanas de la CJ y del IBVM estaban entre las participantes y otras 107 personas siguieron la celebración vía Zoom. (texto y fotos/eka)
